Presentamos un artículo muy interesante publicado por el Centro de Seguridad de la información de Cataluña donde conocemos todos los métodos de estafa en la red.
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El artículo 248 del Código Penal establece que comete estafa aquel que “con ánimo de lucro, utiliza el engaño para producir el error en el otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno”. También es responsable el que, con ánimo de lucro, y aprovechando una manipulación informática, consigue la transferencia no consentida de cualquier activo patrimonial en perjuicio de un tercero.
Si bien las estafas en la red son cada vez más elaboradas, con una mayor personalización, todavía hay muchas que siguen una serie de patrones que pueden permitirnos identificarlas a primera vista: un contexto inverosímil; una mala redacción o faltas de ortografía; el uso de marcas conocidas; el requerimiento de dinero por adelantado en compras online; o mensajes emocionales para cautivar a la víctima. También es extremadamente útil consultar los recursos y consejos que publica esta semana el Programa de la entidad Internet Segura conjuntamente con elAgencia Catalana de Consumo, que es el organismo público que tiene las competencias en materia de consumo.
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Hay varios tipos de estafa. Entre las más conocidas, se encuentran:
- El phishing: Son correos electrónicos que suplantan la identidad de algún servicio o empresa conocido para que la víctima acceda a una página fraudulenta que simula ser la legítima. Se utiliza para robar información personal, credenciales de acceso a servicios en la red o información bancaria. Esta técnica debe diferenciarse del pharming, que manipula el tráfico legítimo de un sitio web para dirigir a los usuarios de otros falsos, pero similares en apariencia, y que instalarán software malicioso en el sistema de la víctima.
- El Ransomware. Es un tipo de programa malicioso que cifra el acceso a partes o archivos del sistema y pide un rescate económico para recuperarlo. La infección suele derivarse de la apertura de un archivo desde el correo electrónico, pero no sólo.
- Las compras online. Son páginas web que venden productos que no existen y que, pese a efectuar el pago, no se recibirán. Suelen tener precios irrisorios, no dan información sobre la empresa -como la dirección y el NIF- y sólo aceptan pagos con tarjeta de crédito.
- Las estafas de caridad: Es la suplantación de una organización no gubernamental (ONG) que solicita donaciones para catástrofes naturales, enfermedades o atención a madres e hijos enfermos.
- La oferta laboral: Busca que la víctima proporcione dinero a cambio de una supuesta "garantía" de conseguir sumas de forma rápida u obtener un trabajo de alto prestigio con poco esfuerzo. También incluye la obtención de información personal y privada (como cuentas bancarias o número de DNI).
- El scam o fraude 419: Es una persona (que simula a menudo ser un familiar lejano) que afirma tener una importante suma de dinero (por razones diversas) y pide el uso de la cuenta bancaria de la víctima para transferir rápidamente el dinero.
- Las amenazas y extorsión: Es la utilización del miedo para conseguir datos personales o ganancia económica de la víctima, incluso llegando a la amenaza de muerte.
Últimas tendencias
El servicio de Análisis de Tendencias del Centro de Seguridad de la Información de Cataluña (CESICAT) publicó durante el mes de agostoinforme de tendencias de ciberseguridad del segundo trimestre de 2018. Entre otros, en materia de estafas en la red, la entidad destacó la continuidad del phishing contra empresas, con el objetivo de obtener importantes sumas de dinero, y los falsos soportes técnicos, con un aumento anual del 24%, consistentes en hacer creer al usuario que su ordenador tiene un error y que pague una reparación o instale un software que contiene software malicioso.
En los últimos meses también ha tomado relevancia, en cuanto a la última categoría de estafas, una campaña de 'sextortion' (extorsión sexual), por la que el atacante asegura que desvelará unos supuestos vídeos, fotos o información íntima de la víctima que habría obtenido tras perpetrar un supuesto ataque informático.
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