Seguridad navegando, privacidad y peticiones DNS a terceros

Nuestras conexiones a Internet están repletas de interacciones invisibles que ocurren en segundo plano cada vez que abrimos una página web, usamos una aplicación o interactuamos con un algún dispositivo. Estas interacciones se canalizan a través del sistema DNS, un servicio que traduce los nombres de dominio en direcciones IP comprensibles para las máquinas. Sin embargo, una cantidad significativa de estas peticiones DNS no está relacionada directamente con la finalidad principal de los servicios que utilizamos. Muchas de ellas van dirigidas a dominios de terceros, redes de publicidad, rastreadores de datos, servicios de analítica o, en algunos casos, sitios maliciosos.

Los dominios de terceros y su rol invisible

Hace poco, instalé un filtro DNS en mi red doméstica utilizando AdGuard Home, una herramienta que bloquea rastreadores, publicidad y dominios relacionados con malware a nivel de red. El resultado fue alarmante. En un día promedio, se bloquearon el 76% de las peticiones DNS realizadas desde mi red. Esto significa que más de tres cuartas partes de las solicitudes DNS no estaban relacionadas con lo que yo o mi pareja queríamos hacer en Internet. Esto nos muestra una realidad alarmante sobre la cantidad de interacciones no deseadas que ocurren en nuestro día.

Cuando accedemos a un sitio web o usamos una aplicación, podría parecer que estamos interactuando solo con el dominio principal. Sin embargo, esa interacción inicial genera una cadena de solicitudes a otros dominios que trabajan entre bastidores. Estos dominios de terceros proveen servicios como mostrar publicidad, analizar nuestro comportamiento como usuarios, cargar elementos visuales y más. Por ejemplo, una página de noticias podría cargar contenido desde servidores de publicidad, redes de entrega de contenido (CDN) y plataformas de analítica, enviando datos sobre qué leíste y por cuánto tiempo.

Algunas de estas solicitudes son necesarias para que los servicios funcionen correctamente, aunque muchas de ellas tienen propósitos cuestionables. Los rastreadores, por ejemplo, recopilan información detallada sobre nuestros hábitos de navegación y preferencias personales, que luego se utilizan para construir perfiles de usuario con fines comerciales e incluso otros dominios pueden incluir anuncios intrusivos o incluso intentar redirigirnos a sitios maliciosos.

Si te planteas asegurar tu navegación y/o al menos navegar de forma algo más privada, te recomiendo tomar la medida de bloquear peticiones DNS con un programa de filtrado. Si no sabes como, podemos ayudarte.

En un mundo donde el seguimiento y la publicidad son moneda de cambio, asumir el control de nuestra red doméstica es una forma efectiva de recuperar parte de nuestra privacidad.

«La tecnología debería trabajar para nosotros, no en nuestra contra»

A medida que adoptamos estas herramientas, también nos volvemos más conscientes de la importancia de educarnos y educar a otros sobre la privacidad en la red. Las herramientas están disponibles, pero el verdadero cambio empieza con la toma de conciencia de que cada clic y cada conexión. 

Imagen de Iker Berbel

Iker Berbel

Consultor IT

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